Medal of Honor da el salto a la nueva generación de forma muy prometedora y destacando especialmente por su original diseño.
Electronic Arts lleva finalmente su juego de acción en primera persona por antonomasia, el que hace años inició la moda de los juegos basados en la Segunda Guerra Mundial, a la nueva generación. La imagen del general Eisenhower dando ánimos a los paracaidistas justo antes del día D es una de las más conocidas del conflictol. La mayoría de esos hombres, recordaría años más tarde el general, iban a perecer en la misión. Electronic Arts homenajea con este nuevo Medal of Honor a los más valientes soldados de la guerra, los paracaidistas, protagonistas de un sinfín de asaltos arriesgados y de episodios memorables, como la defensa de Bastogne. Con los saltos en paracaídas viene también un nuevo diseño de los niveles, más grandes, más largos y más abiertos que nunca.
La idea de Airborne es muy interesante a primera vista. En vez de comenzar un nivel en un punto fijo, como tradicionalmente ha ocurrido siempre en los juegos de acción en primera persona, en esta ocasión saltaremos desde un avión y tendremos cierta libertad para elegir dónde caemos. Al principio de cada misión, en una secuencia de introducción con cierta interactividad, se nos explicará cuál es la situación del campo de batalla, qué objetivos tenemos y cuáles son las zonas seguras donde podemos aterrizar. Estas zonas seguras son muy importantes, y están señalizadas con granadas de humo verde, permitiéndonos dirigir nuestro descenso a un área donde tenemos munición de sobra y no estamos rodeados de alemanes.
Las misiones de Airborne son también sorprendentemente largas, quizás sea el juego de acción en primera persona con misiones de mayor duración y, aunque el juego solamente cuente con seis, tardaremos entre noventa minutos y dos horas en completar cada una. Las misiones están, además, estructuradas de forma no lineal. Todas ellas cuentan inicialmente con una serie de objetivos que podemos ir superando en el orden que queramos, guardándose la partida tras completar cada uno de ellos –o una parte de ellos-, permitiendo que no perdamos nuestro progreso cuando nos maten. Cada vez que esto ocurra, al menos durante la primera parte del nivel, volveremos a saltar en paracaídas, pudiendo elegir de nuevo la zona en la que aterrizar.
En este sentido, el aterrizaje nos permite bastantes opciones. No solo contamos con las zonas verdes sino con todo el escenario, aunque en ocasiones esta opción sea bastante suicida. Podemos aterrizar y, antes de haber recuperado el equilibrio, haber sido impactados por numerosos enemigos y solo tener ya media barra de vida a nuestra disposición. En cambio, dentro de las zonas no seguras hay también lugares donde resulta seguro caer; el juego nos bonificará por ello y además contaremos con una gran ventaja sobre los alemanes, flanqueándolos. Por supuesto, no estamos solos, y mientras nuestros compañeros de la aerotransportada combaten contra los alemanes, nosotros podemos venir por detrás de éstos y rodearlos, metiéndoles en un gran apuro.
Las misiones de Airborne son también sorprendentemente largas, quizás sea el juego de acción en primera persona con misiones de mayor duración y, aunque el juego solamente cuente con seis, tardaremos entre noventa minutos y dos horas en completar cada una. Las misiones están, además, estructuradas de forma no lineal. Todas ellas cuentan inicialmente con una serie de objetivos que podemos ir superando en el orden que queramos, guardándose la partida tras completar cada uno de ellos –o una parte de ellos-, permitiendo que no perdamos nuestro progreso cuando nos maten. Cada vez que esto ocurra, al menos durante la primera parte del nivel, volveremos a saltar en paracaídas, pudiendo elegir de nuevo la zona en la que aterrizar.
El combate de Medal of Honor Airborne se basa mucho en la cobertura y el flanqueo. Tanto los enemigos como nuestros aliados cuentan con una buena inteligencia artificial que hace que en todo momento busquen cobertura en los objetos del escenario, intentando rodear al enemigo y retirándose cuando vean que la situación se empieza a poner complicada. A veces la inteligencia artificial es demasiado lista –es increíble cómo, en los niveles avanzados, se dan cuenta al momento de dónde estamos- y a veces un poco tonta, no dándose cuenta de que estamos ametrallándoles por detrás, pero en general la dinámica de combate es interesante y funciona bastante bien, dando lugar a tiroteos muy intensos, donde a veces estaremos medio atrapados sin saber cómo hacer frente al intenso, y bastante preciso, fuego enemigo.
Electronic Arts lleva finalmente su juego de acción en primera persona por antonomasia, el que hace años inició la moda de los juegos basados en la Segunda Guerra Mundial, a la nueva generación. La imagen del general Eisenhower dando ánimos a los paracaidistas justo antes del día D es una de las más conocidas del conflictol. La mayoría de esos hombres, recordaría años más tarde el general, iban a perecer en la misión. Electronic Arts homenajea con este nuevo Medal of Honor a los más valientes soldados de la guerra, los paracaidistas, protagonistas de un sinfín de asaltos arriesgados y de episodios memorables, como la defensa de Bastogne. Con los saltos en paracaídas viene también un nuevo diseño de los niveles, más grandes, más largos y más abiertos que nunca.
La idea de Airborne es muy interesante a primera vista. En vez de comenzar un nivel en un punto fijo, como tradicionalmente ha ocurrido siempre en los juegos de acción en primera persona, en esta ocasión saltaremos desde un avión y tendremos cierta libertad para elegir dónde caemos. Al principio de cada misión, en una secuencia de introducción con cierta interactividad, se nos explicará cuál es la situación del campo de batalla, qué objetivos tenemos y cuáles son las zonas seguras donde podemos aterrizar. Estas zonas seguras son muy importantes, y están señalizadas con granadas de humo verde, permitiéndonos dirigir nuestro descenso a un área donde tenemos munición de sobra y no estamos rodeados de alemanes.
Las misiones de Airborne son también sorprendentemente largas, quizás sea el juego de acción en primera persona con misiones de mayor duración y, aunque el juego solamente cuente con seis, tardaremos entre noventa minutos y dos horas en completar cada una. Las misiones están, además, estructuradas de forma no lineal. Todas ellas cuentan inicialmente con una serie de objetivos que podemos ir superando en el orden que queramos, guardándose la partida tras completar cada uno de ellos –o una parte de ellos-, permitiendo que no perdamos nuestro progreso cuando nos maten. Cada vez que esto ocurra, al menos durante la primera parte del nivel, volveremos a saltar en paracaídas, pudiendo elegir de nuevo la zona en la que aterrizar.
En este sentido, el aterrizaje nos permite bastantes opciones. No solo contamos con las zonas verdes sino con todo el escenario, aunque en ocasiones esta opción sea bastante suicida. Podemos aterrizar y, antes de haber recuperado el equilibrio, haber sido impactados por numerosos enemigos y solo tener ya media barra de vida a nuestra disposición. En cambio, dentro de las zonas no seguras hay también lugares donde resulta seguro caer; el juego nos bonificará por ello y además contaremos con una gran ventaja sobre los alemanes, flanqueándolos. Por supuesto, no estamos solos, y mientras nuestros compañeros de la aerotransportada combaten contra los alemanes, nosotros podemos venir por detrás de éstos y rodearlos, metiéndoles en un gran apuro.
Las misiones de Airborne son también sorprendentemente largas, quizás sea el juego de acción en primera persona con misiones de mayor duración y, aunque el juego solamente cuente con seis, tardaremos entre noventa minutos y dos horas en completar cada una. Las misiones están, además, estructuradas de forma no lineal. Todas ellas cuentan inicialmente con una serie de objetivos que podemos ir superando en el orden que queramos, guardándose la partida tras completar cada uno de ellos –o una parte de ellos-, permitiendo que no perdamos nuestro progreso cuando nos maten. Cada vez que esto ocurra, al menos durante la primera parte del nivel, volveremos a saltar en paracaídas, pudiendo elegir de nuevo la zona en la que aterrizar.
El combate de Medal of Honor Airborne se basa mucho en la cobertura y el flanqueo. Tanto los enemigos como nuestros aliados cuentan con una buena inteligencia artificial que hace que en todo momento busquen cobertura en los objetos del escenario, intentando rodear al enemigo y retirándose cuando vean que la situación se empieza a poner complicada. A veces la inteligencia artificial es demasiado lista –es increíble cómo, en los niveles avanzados, se dan cuenta al momento de dónde estamos- y a veces un poco tonta, no dándose cuenta de que estamos ametrallándoles por detrás, pero en general la dinámica de combate es interesante y funciona bastante bien, dando lugar a tiroteos muy intensos, donde a veces estaremos medio atrapados sin saber cómo hacer frente al intenso, y bastante preciso, fuego enemigo.
- Sistema: Windows XP (SP2), Windows Vista (32-bit; 64-bit no soportado)
- Procesador: Intel P4 2.8 GHz o AMD equivalente.
- RAM: 1 GB
- Enspacio en disco duro: 1.5 GB
- Tarjeta gráficas: NVIDIA GeForce 6600 GT, ATI Radeon X1300 Pro, u otras con soporte Shader 3.0. Nota: NVIDIA 6800XT, 6800LE, 7100GS, 7200GS, 7200LE, 7300GS, 7300GT no están soportadas.
Descarga Medal of Honor Airborne para PC (Archivo DLC)
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Fuente : Taringa